¡Arriba los domingos!

Busco la reivindicación de los domingos, son malqueridos, rechazados, pero en el fondo es porque esperan más de ellos, esperan que se comporten como un viernes o sábado. No son para beber señores (aunque las copas de vino pueden combinar bien en ciertas ocasiones), no son para ir de shopping fuera de los centros comerciales, no son para trasnocharse, ni para estar súper activos. 
Los domingos son para vivirlos como domingos, para empezar: relajadamente. La clave está en nivelar el ritmo de tu vida, adecuarlo al día, no apurarse, no salir corriendo a las 10 am porque hay un concierto en la Estancia a las 11 y hay que llegar porque sí ¿Qué importa? el objetivo es dejarse llevar, porque el domingo es eso, es ir con las horas, como si se tratara de unas microvacaciones, no pasa nada si no pasa nada.
¿Sufren de aburrimiento crónico? hagan un almuerzo, vean pelis, duerman, para eso están los domingos, si no quieren cocinar este día también es para eso, para comer en la calle, para caminar bajo el sol (candente y demoníaco como está, pero viendo un bonito cielo azul), compartirlo con alguien (mi mejor amigo ha venido casi todos los domingos desde hace algunas semanas y créanme, es genial), o por qué no compartirlo contigo mismo.

Yo personalmente amo los domingos, antes pensaba que era para "empiernarse" y que estando sola serían terribles, pero ahora es mi favorito de la semana, he aprendido a quererlo muchísimo y como hoy tuve momentos raros y me sentí entre nostálgica y accidentada, escribo esto para que no se me olvide lo mucho que me gusta,  para no dejarme robar este día y las sonrisas que le corresponden.

Bueno, para la gente que odia los domingos, sé que esto puede sonar medio PNL, medio autoayuda, pero sonrían, hagan yoga, compren el periódico aunque sólo lean el horóscopo de la revista y Siete Días (como yo jeje), tómense un café y lo más importante: recuerden que los domingos SIEMPRE, pero SIEMPRE serán mucho mejores que los despreciables lunes.