domingo, 19 de agosto de 2012

Mis víctimas

Siempre hago lo mismo, cada vez que viene alguien a mi casa parezco de esas niñitas que cuando llega visita, desordenan todo, sacando cuanto juguete encuentran y mostrándolo. Es algo así, pero con otro tipo de cosas, no me cabe la menor duda que muchos de mis amigos recuerdan esta imagen: 

Naghieli se para firme frente a sus dos pequeñas bibliotecas, voltea hacia su cama -en donde está sentada su próxima víctima- sólo para escanear una vez más la personalidad de ese individuo, asegurándose mentalmente de que lo que va a mostrarle lo va a hacer alucinar. Acto seguido saca un libro, otro, otro, otro, dejando la mitad de la cama (Queen size) llena de títulos, que la mayoría de las veces la futura víctima mira con un poco de asombro/miedo. 

Es así, yo someto a la gente, comienzo por "oye mira esto qué maravilloso, déjame leerte un pedacito" y termino leyéndoles mil cosas, por horas (si se dejan), enamorándome de nuevo de esos cuentos o poemas. Mi emoción crece a medida que voy redescubriendo cada uno, comienzo a alegrarme, a besar las portadas, se me ponen las mejillas calientes  -cuando me altero pasa eso- me da calor. 
Y dígame si la persona no estudió artes plásticas, fotografía o cualquier carrera afín, eso es terrible, porque no sólo me limito a la literatura, comienzo a darle clases, de los pintores que me gustan, de la estética de tal o cual artista, le saco mis libros de fotografía, sabiendo exactamente qué foto quiero mostrarle de cada uno, es eterno y lo peor, es que muchas veces mientras le muestro, pregunto si ha escuchado alguno de mis grupos favoritos, si no lo ha hecho me voy mudando poco a poco al salón, en donde me siento en el ordenador, todavía cargada de los libros que me faltan por mostrar y pongo música. En algunos momentos dejo de hablar, para que escuche y luego sigo, si llego a terminar de leer todo lo que quiero, si la persona no sale corriendo, bombardeada de información, termino pasando a mi última pasión, la publicidad, entonces muestro comerciales, campañas, voy de mis amados libros a mi adorado youtube, resultando faenas interminables. Los que lo han vivido lo saben. 
Hoy tuve una nueva víctima, fue terrible, porque no conforme con todas las fotos, canciones y citas que le di a conocer hiperactivamente, me pidió que por favor le prestara un libro que lo incentivara a leer. Obviamente, me volví loca. En un segundo saqué media biblioteca , casi en crisis me senté en la cama a revisar libro por libro, a leerle, a interrogarlo para saber más de sus gustos, fue un reto, finalmente logré prestarle uno, vamos a ver si los cuentos lo enamoran como a mí. 

Considerando este panorama, se me ocurrió algo para que a la próxima persona no le toque tan rudo: compartiré cosas con ustedes, para ir haciendo catarsis y que la futura víctima obtenga en vez de un bombardeo, un sólo disparo que atine.  

Comenzaré hoy, aquí les dejo un detallito. Lo maravilloso de este cuento, es que narra toda una vida en pocas páginas, utilizando el carro como una idónea excusa, como hilo conductor, no sé, pero me ha encantado siempre: http://pedromairal.blogspot.com/2007/03/hoy-temprano.html

4 comentarios:

Unknown dijo...

Yay!!! espero ver más post como este =) la verdad es que me gustaba cuando me bombardeabas de cosas, yo también sentía emoción y me quedaba días recordando las cosas que me decías =D

nag dijo...

<3<3<3

Roberto Alonso Lugo dijo...

ay por favor, madura

nag dijo...

ay si, soy un bloguero polémico y maduro que sólo escribe sobre publicidad :p

Video of the Day