El impulso
Le di click, sabía que era bastante
dinero, que mi tarjeta de crédito se montaría por los cielos –de nuevo- pero lo
hice, no lo pensé mucho, entre eso de “querer hacer familia” en mi nuevo
trabajo y la presión grupal, terminé comprando un paquete de aventura “extrema”
nada más y nada menos que en Barinas. Evidentemente ninguno de nosotros lo
pensó demasiado sino esta historia no existiría, pero lo cierto es que en un
día y unas cuantas horas ya éramos 28 personas, que poco a poco fueron resolviendo
cómo carrizo se irían en un mes al pueblo de Acequia, cosa que queda muy muy
lejos de nuestra ciudad.
El paquete describía paseo en
Rafting, Paint ball y Canopy, nunca he sido aventurera, todo lo contrario, soy
cobarde y jevita para todo, así que eso para mí era como Rappel en el Everest. Me
acerqué a un compañero, le dije en voz baja: ¿tú vas a llevar tu carro verdad?
Por favor llévame contigo, yo me porto bien (necesitaba garantizar transporte,
porque luego de un rato la gente empezó a darse cuenta del gasto que era llevar
su propio carro, que tenían que cambiar cauchos, hacerle servicio, etc, además
de manejar en carretera 8 horas, es decir: se avecinaba una obvia escasez de
transporte), me dijo que si, listo, resolví.
El día del viaje
Los que han viajado en grupos
grandes saben que siempre hay que esperar por alguien, que llega tarde, que no
está listo, por más que se manden mil mails diciendo que se sale a una hora
específica, eso pasa, es inevitable, sólo que yo tuve la mala suerte de que pasó en
el carro donde me iba.
Ahí estaba yo, hiperventilando
con una cava full de hielo en proceso de convertirse en agua, porque si, estábamos
bajo el sol, en el estacionamiento de Burger King, esperando que UNA persona terminara de hacer (loqueseaqueestuvierahaciendo)
para poder salir; el vigilante nos estaba echando, ni modo, los demás carros de la caravana fueron arrancando, nos
esperarían en Maracay. ¡Terror! yo que soy paranoica, me
imaginaba una carretera oscura, nuestro carrito solo, con posibilidades de
accidentarse, en fin, quería llorar o matar a alguien.
Decidí presionar, marcaba una y otra vez el teléfono del dueño del carro con un intervalo de más o menos 30 sg entre llamada y llamada. Histérica, sólo recibí un mensaje que decía: “Calma”, así a secas, sin más, como si de verdad esa palabra tuviera sentido en ese momento. Finalmente llegaron, una hora después que los demás, no podía con mi indignación, estaba sudada, cansada. Entré al carro respirando profundo como un toro molesto, me puse mis audífonos y, superando la prueba a mi sanidad mental que acababa de realizar, no reclamé nada y guardé silencio. Comenzó el tan esperado road trip…
Decidí presionar, marcaba una y otra vez el teléfono del dueño del carro con un intervalo de más o menos 30 sg entre llamada y llamada. Histérica, sólo recibí un mensaje que decía: “Calma”, así a secas, sin más, como si de verdad esa palabra tuviera sentido en ese momento. Finalmente llegaron, una hora después que los demás, no podía con mi indignación, estaba sudada, cansada. Entré al carro respirando profundo como un toro molesto, me puse mis audífonos y, superando la prueba a mi sanidad mental que acababa de realizar, no reclamé nada y guardé silencio. Comenzó el tan esperado road trip…
5 comentarios:
Mas plis! :-D
y luego??? OoO
So?
Y luego se abrió el suelo saliendo de él los 4 jinetes del apocalipsis y miles de demonios y espiritus malignos... Todo era terror, el cielo se oscureció, la nubes se tiñeron de rojo sangre a medida que la desesperanza y el dolor colmaba el alma de las personas... Solo Naghieli sabía que se acercaba el final de los tiempos y solo ella tenía el poder para derrotar la maldad del mundo. "Yo solo quiero hacer Rafting" decía... pero cuando vio lo que le deparaba el futuro, asumió su destino como la defensora del bien. Vamos Naghieli! Tú puedes! :D
Y sin contar que nos botaron del Burger King
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