Siempre había creído en la autenticidad, pensaba que todos éramos diferentes, seres únicos, pero luego me di cuenta que no, que lo estamos perdiendo, que cada vez más nos distanciamos de eso que somos y nos
convertimos en un híbrido loco de muchas cosas, me preocupaba, sobre todo por
el hecho de no sentirme de ningún sitio, de dejar de identificarme con el otro.
Bueno, eso era lo que pensaba, hasta que llegué aquí.
Al estar en un país extraño, me llaman la
atención muchas cosas, el idioma a pesar de ser español, en ocasiones me
resulta ajeno. En mi clase, la mayoría somos latinos, pero de diferentes
países, hay gente de México, Guatemala, Colombia y también hay españoles tanto
de Barcelona como de otras provincias. Esto, evidentemente es muy entretenido,
porque estudiamos lo mismo, pero cuando lo aplicamos a nuestras propias
realidades es divertido ver cómo coincidimos- o no- en políticas de Estado o
incluso en la actitud de la gente.
Así a menudo vivimos situaciones como
esta:
- Es que él es muy sifrino.
- ¿Sifrino? ¿Qué demonios significa
eso?
- Bueno cuando alguien tiene dinero y sólo
le gustan las cosas finas, no sé
- Ah! Pijo
- ¿Pijo? Nosotros le decimos a eso Gomelo
- ¿Gomelo? en mi país le dicen
fresa.
Igualmente hay palabras como Chévere, que
se usan también en Colombia, pero que aquí nadie conoce, los que la han escuchado
tienden a imitar a los venezolanos diciendo cosas como: "¿qué pasó chama,
todo chévere?
Igual hay cosas en las que es difícil
entendernos:
-Mi casa está a una cuadra del metro
- ¿Cuadra? ¿Qué es cuadra? aquí eso se
utiliza para los caballos
- Cuadra, una cuadra es como...una calle
- Ahhh manzana!!
...
- Si, vas trotando
- ¿Trotando?
- Es como correr, pero más lento
- Aquí trotar también es de
caballos.
Hablando de nuestras realidades nos dimos
cuenta que la corrupción es mundial, que en ese ámbito si nos entendemos
todos, y en ese tema encontramos algunas coincidencias, por ejemplo lo para
nosotros es viveza criolla, para los colombianos es malicia indígena (pobres
indígenas, qué mala fama).
Ayer, luego de una noche de comidas
típicas de los países a los que pertenecemos, comiendo, arepas, tostones,
fajitas y vino, salió una conversación muy graciosa:
- Hombre, que sabemos que los nuestros
mataron a muchos de vuestros ancestros
- Tranquilo, ya lo superamos
- Ostia es que también violaron a muchas
mujeres, que fue horrible
- Si, si lo sabemos, ¿no ves nuestro
colorcito? más mezclados imposible.
Nos reímos un rato de la desgracia....
Y entre salsa, cumbia, flamenco y Simón
Díaz, aprendimos más de nuestras culturas, ellos se sorprendían del machismo
latinoamericano, nosotros de sus otras realidades sexuales, tan "poco
conservadoras", en fin, resulta ser que en nuestras diferencias
encontramos puntos de coincidencia, que a pesar del diccionario paralelo que
llevamos, aprendiendo palabras nuevas, nos entendemos, nos respetamos y nos
sorprendemos.
Después de todo, si llevamos nuestra
cultura a cuestas, queramos o no. Qué lindo y qué bueno.
1 comentario:
Todos diferentes y todos iguales, qué bonito. Naghieli, me gustaría aprender más de tus anécdotas. Un abrazo.
Pili biarge
www.cuadernodemaestra.es
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